GREMIALES
2 de diciembre de 2025
El ajuste de Milei dejó a Cóndor al borde del entierro: la fábrica histórica de Ituzaingó, devastada por importaciones y recesión

Mientras la Casa Rosada celebra la “libertad de mercado”, Ascensores Cóndor agoniza. La apertura indiscriminada de importaciones, el desplome total de la obra pública y la ausencia del Estado empujaron a la emblemática planta a una crisis terminal. Los trabajadores llevan cuatro meses sin cobrar.
La debacle de Ascensores Cóndor no es un hecho aislado: es el retrato más crudo de lo que el proyecto económico de Javier Milei está generando en la industria nacional. La planta de Mirave al 1400, símbolo productivo de Ituzaingó durante más de medio siglo, hoy es un inmenso galpón silencioso donde antes se armaban equipos que abastecían a toda la provincia. Antes del ajuste libertario, la fábrica producía hasta 30 ascensores mensuales.
Desde 2024, la caída fue abrupta: hubo meses con una sola unidad fabricada. Y en otros, directamente nada. “Esto era una mina de oro. Hoy pareciera que estamos velando a la fábrica y el Gobierno ni se da por enterado”, describió un operario con más de 25 años en la planta. El golpe del “plan motosierra” La UOM Morón identifica tres impactos directos del modelo Milei: Importaciones sin freno, con ascensores chinos a precios imposibles de igualar. Patronal ausente, que dejó de presentarse incluso a las audiencias laborales. Recesión profunda, producto del parate total de la obra pública y la construcción privada. “Esto no es el mercado: esto es abandono. Con estas reglas, ninguna industria argentina puede sobrevivir”, afirmó el titular de la UOM de Morón,Rubén Andrada.
El drama humano es inmediato: cuatro meses sin salario para los trabajadores que aún siguen en la planta. Los retiros voluntarios prometidos tampoco se pagaron. Un derrumbe que arrastra a todo Ituzaingó La crisis de Cóndor no sólo destruye empleo directo: está desmoronando toda la red económica que dependía de la fábrica. Asimismo en torno a la empresa funcionaban talleres de bobinado, tornerías, servicios de logística y pequeñas Pymes que vivían de proveer o tercerizar tareas. Con el freno de la actividad, muchos están al borde del cierre. Se calcula que entre 150 y 200 trabajadores indirectos quedaron en una situación crítica: fletes sin carga, tornerías sin producción y comedores de la zona que perdieron a los 180 trabajadores que históricamente almorzaban allí. Una cadena económica completa se está desarmando.
Golpe directo al Municipio El impacto también perjudica las cuentas de la Municipalidad de Ituzaingó. Ya que Ascensores Cóndor es uno de los contribuyentes industriales más grandes del distrito y aporta millones en Tasa de Seguridad e Higiene, que depende de la facturación de cada empresa. Con la caída de la actividad, ese flujo desapareció. Desde el área económica municipal reconocen: “Cóndor es un contribuyente de primera línea. Su parate implica menos fondos para iluminación, bacheo y seguridad, justo cuando la demanda social va a crecer por los despidos”. Además, la caída en la facturación industrial reduce la recaudación provincial de Ingresos Brutos, lo que a su vez golpea la coparticipación que vuelve al municipio. Es decir: el ajuste nacional se convierte en ajuste local.
Un modelo que desindustrializa Empresas como Cíntolo Hnos. y Ecotermo también atraviesan recortes, suspensiones y caídas de producción. La región oeste se está convirtiendo en víctima directa del modelo económico libertario. Mientras el Gobierno insiste en que “el mercado se ordena solo”, la realidad en Ituzaingó muestra otra cosa: fábricas que cierran, Pymes que desaparecen y familias enteras sin ingreso. Cóndor, un emblema industrial por más de 50 años, se apaga. Y en esa oscuridad, se refleja el rumbo de un país que vuelve a perder su industria bajo la motosierra del ajuste.
